jueves, 16 de mayo de 2013

"¿Podrás dormir esta noche?" - Breve recuerdo del Dr. Guido Mazzotti



Guido Mazzotti Suárez
(1961-2005)




Hoy queremos recordar al Dr. Guido Mazzotti.

Hace 10 años, apenas arribados desde nuestra provincia a Lima e incorporados como residentes al Instituto Nacional de Salud Mental, llegaron a nosotros las admirativas mentas de la fama y nombradía del Dr. Guido Mazzotti: Director de Investigación del Instituto, editor de la Revista de Neuro-Psiquiatría, psiquiatra joven y muy respetado no sólo por su promisoria perspectiva en su campo profesional sino con gran vocación por la docencia y la cercanía con los médicos residentes de nuestra sede. Guido Mazzotti era, indudablemente, el maestro de recambio que las nuevas generaciones de psiquiatras de nuestro entorno requeríamos.

Pero en el año 2002, Guido Mazzotti había salido del Instituto rumbo a los Estados Unidos con la finalidad de hacer un doctorado en Johns Hopkins. Iba deseoso de volver, pero no se le concedió la licencia que él había solicitado, víctima de envidias intestinas en el seno de nuestra alma mater, y dejó de ser médico asistente de nuestra sede... 

Una tarde de otoño del 2003 fue Óscar Coronado, nuestro R3, quien nos preguntó si queríamos conocer a Guido Mazzotti en la sede de Vía Libre, una organización no gubernamental que él había fundado y se destinaba a la promoción de la atención e investigación en personas afectadas con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana.

Fue una entrevista breve. El Dr. Mazzotti, muy sobrio en su gesto, nos expresó que ciertamente el Instituto era la mejor sede para formarnos como psiquiatras, nos exhortó a dedicarnos empeñosamente a nuestra formación en la vocación que habíamos privilegiado y, al advertir que el Curso de Psiquiatría de Honorio Delgado que poseíamos era de tapa dura, bromeó afirmando que “con esa tapa dura tendríamos que darnos repetidas veces en la cabeza” ya que el Honorio era un libro que recién empezaríamos a captar plena y duraderamente a partir de "las cincuenta lecturas...", nada menos.

Y con él tuvimos la última reunión de "Los sábados de atípicos" allá en junio del 2003, pues todos los sábados un grupo de residentes y asistentes encabezados por el Dr. Mazzotti asistían al INSM para atender a pacientes usuarios de clozapina y aquellos que podían sufragar el costo de los otros atípicos disponibles, entonces onerosos, y además se presentaban casos y se revisaban tópicos alusivos. 

Luego, ya desde los Estados Unidos, con alguna frecuencia el Dr. Mazzotti nos enviaba correos electrónicos con artículos de interés y de índole diversa, interesado en mantener contacto con los residentes del INSM.

Y a los dos años de esto, el 2005, culminando su grado doctoral, sorpresivamente se anunció la infausta noticia: al Dr. Mazzotti, quien no era fumador, le habían detectado cáncer pulmonar.

Volvió al Perú a mediados del 2005 para luchar contra su mal y lo vimos a pocas semanas de su partida física pues quiso acercarse a los residentes por última vez, con motivo de una conferencia sobre investigación en psiquiatría, pese a su deteriorada salud. Cuando fue presentado cariñosamente como "nuestro querido Dr. Mazzotti", él irónicamente dijo: "lo que era el Dr. Mazzotti, lo que era...": y es que la enfermedad había maltratado su apariencia y lucía muy adelgazado y con la alopecia quimioterápica usual... Allí se despidió de nosotros y, aunque había sido una de sus principales líneas de investigación la psicofarmacológica, nos aconsejó sabiamente que desconfiásemos de la industria farmacéutica y sus interesados auspicios y que preserváramos nuestra ética por encima de los tentadores becerros de oro y nos brindó otras sabias orientaciones.

El Dr. Mazzotti nos dejó físicamente el 1° de agosto del año 2005.

En la ceremonia fúnebre en su memoria en el Instituto Nacional de Salud Mental sobraron las palabras, pero las de Guillermo Ladd, quien fue uno de los que se formaron a su lado, gozó de su magisterio, escribió artículos con él y compartió su amistad, fueron las más justas y memorables, especialmente aquél brevísimo poema de S. Quasimodo que citó al final como homenaje a su prematura partida:


"Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece"

Usualmente ignoramos que si uno hace solamente lo que se espera de uno, no hace nada, pues en verdad cualquier otro podría hacer lo mismo. Si uno se limita a su escueta obligación y no da más, uno es intercambiable indistintamente con cualquiera que se circunscriba a su diminuto y pedestre deber. Sólo cuando hacemos más que aquello que se espera de nosotros, podemos trascender y ser realmente lo que estamos llamados a ser. Y la vida es, desafortunadamente, tan breve y la desperdiciamos tanto...

El Dr. Mazzotti nos recuerda intensamente esto. Aunque murió tempranamente, en su corto itinerario vital llegó a ser autor de un tratado de Psiquiatría de difusión continental, fue actor estelar de la última época de esplendor de nuestra Revista de Neuro-Psiquiatría precisamente cuando él se encargó del puesto de editor (revísense los índices de la década de 1990 y adviértanse la cantidad de trabajos patrocinados por Mazzotti y los residentes de ese entonces), y su magisterio inspirador de superación constante e indesmayable tesón es reconocido por todos aquellos que poseyeron la fortuna de conocerlo.

Una anécdota inolvidable refiere que si en alguna discusión de caso, cualquiera de los residentes ignoraba algún tópico que debería bien saber, el Dr. Mazzotti con gesto irónico y dicción contundente espetaba al colega en falta: "¿Podrás dormir esta noche?", insinuando que, sin la conciencia del deber cumplido, constituiría desvergonzada holganza el poder dormir a pierna suelta pues no estaríamos a la altura de la responsabilidad y autoconciencia que se espera de un profesional médico...

Y ahora que el Dr. Mazzotti no está entre nosotros físicamente y un retrato suyo en una pared del Instituto contempla silencioso nuestra displicencia, nuestra fácil autoindulgencia, nuestro escapismo y decadente compromiso, su pregunta sigue vigente y debemos escucharla: y en primer lugar, ojalá, consiga hacernos despertar....



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ENLACE:

- Semblanza de Gudo Mazzotti por Renato Alarcón, en la Revista de la Asociación Psiquiátrica de América Latina.



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