jueves, 18 de abril de 2013

¿Por qué los psiquiatras publicamos tan poco en nuestro medio?




La Crónica Médica, una de las revistas nuestras que los médicos peruanos dejamos morir, ¿cuál será la siguiente?

Muchas veces hemos comentado que, aunque sea por curiosidad, debiéramos asomarnos a las páginas de la Colección Electrónica Scielo de los países vecinos como Chile o Colombia -no por anacrónico chauvinismo vano sino a modo de necesario acicate para nosotros mismos- y verificar así el número de publicaciones indexadas que cada una de estas naciones hermanas posee. 

Así veremos que, análogamente al fútbol -tema que usualmente todos dominamos- igualmente allí perdemos por goleada. Chile posee 89 revistas indexadas en esta base, Colombia nada menos que 147, y el Perú...14, sí, catorce solamente -por no mencionar al Brasil que igualmente nos arrasaría con 310 publicaciones indexadas-. 

Un artículo de Óscar Pamo: 
Estado actual de las publicaciones periódicas científicas médicas del Perú, nos recuerda la situación decadente de la prensa médica y científica en nuestro medio, así sólo tenemos 2 revistas indexadas en Medline: la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública y la Revista de Gastroenterología del Perú;  ninguna de ellas relacionada directamente con la psiquiatría, mientras nuestra  señera Revista de Neuro-Psiquiatría ha perdido su indexación en Scielo y lucha denodadamente por recuperarla en este año cuando se cumplirán los 75 años de su fundación por Honorio Delgado y Óscar Trelles.

Por otro lado, La Crónica Médica, una añosa revista nuestra que surgió precisamente luego de la guerra con Chile, en 1884, y que podría haber sido y seguir siendo una de las más antiguas de Sudamérica... la dejamos morir en la década de 1970...

¿Por qué publicamos tan poco los médicos en general, y los psiquiatras en particular, en nuestro medio?

Pueden esbozarse muchas respuestas, todas parcialmente satisfactorias, una mesa redonda reciente en que participaron destacados psiquiatras dio cuenta de esta preocupación: el hecho concreto es que a pesar de que en el contexto mundial no destacan las publicaciones efectuadas en idioma castellano, corremos entonces el peligro de no comunicarnos ni leernos entre nosotros mismos y sólo acudir -como lo hacemos ahora- a las publicaciones en lengua inglesa, donde los fenómenos más particulares de nuestra idiosincrasia social y cultural hallarán poca cabida. No es sólo el manido factor de impacto, pues, lo que debiera ser tenido en cuenta para valorar la necesidad de una  prensa médica nuestra y para nosotros.

Otro artículo reciente, en que se analizan las publicaciones sobre trastornos mentales en nuestro medio entre los años 2006 y 2011, halla que solamente el 7, 4% de los artículos originales publicados por autores peruanos en esa época, tuvo como objetivo principal a los trastornos psiquiátricos, y concluye que existen muy pocas publicaciones de esa índole en las revistas peruanas. Parva es nuestra producción, sin duda.

En el artículo "La investigación como herramienta para mejorar el área de la salud mental y neurológica en países con pocos recursos" se establecen recomendaciones para potenciar el ciclo de producción-utilización de la investigación que manera que estimule el proceso de toma de decisiones. (es decir, que trascienda la mera aparición impresa). Aparte de la cuestión vital y obvia de asignación de presupuestos gubernamentales y decisiones de alto nivel que propendan a la dinamización de la investigación y los investigadores, no podemos dejar de pensar en aquellas causas internas, personales e íntimas que se correlacionan con el letargo en que tantos psiquiatras estamos, en la displicencia en que largo tiempo nos hallamos sumidos, y en esas cosas importantes que no mencionamos por parecernos a algunos, dada su naturaleza afectiva y espiritual, de menor rango o de talante iluso e ingenuo, es decir: ¿y las ganas de publicar?, ¿y la motivación?, ¿y el pundonor por hacer lo que otros antes, lo que otros en otros sitios?, ¿y el amor propio?, ¿y la fuerza de voluntad?

Cuando Honorio Delgado fundó la Revista de Neuro-Psiquiatría, ni se podía concebir la existencia de un recurso como Internet y conseguir en ese entonces una referencia bibliográfica era todo un triunfo... Pero la producción de nuestros antecesores fue vasta y vigente hasta hoy (y en ese entonces ni se hablaba de factores de impacto revisteriles ni nada de eso)...

Y no hablamos de sofisticados meta-análisis o revisiones sistemáticas, sino de empezar con series y reportes de caso y revisiones literarias: el enfoque ideográfico no ha sido proscrito ni superado en psiquiatría. Entonces, ¿nos ponemos a reflexionar también sobre nuestras ganas y nuestra motivación y nuestro pundonor y nuestra fuerza de voluntad? Ello es valedero junto con las demás sofisticadas variables ante el planteo de la pregunta: ¿Por qué los psiquiatras publicamos tan poco en nuestro medio?



2 comentarios:

Martin Arevalo Flores dijo...

Estimado Lizardo, como buen conocedor y lector de las revistas de antaño (no sólo peruanas) tenían diferencias sustancialwa con las actuales, habían menos número de pacientes, no se usaban escalas ni se buscaba un p significativo. Las revistas tradicionales daban gran prioridad a la revisión de varios casos similares, pero estudiados a fondo y con un seguimiento a largo plazo que permitía que el propio lector compare y saque conclusiones acerca de las similitudes. Un ejemplo de ello es el artículo de Saavedra sobre la esquizofrenia cenestopática publicada en la revista de neuropsiquiatría. En ese artículo cada caso es como una historia clínica y no habían parámetros en cuánto al número de hojas.
Para ir a otras latitudes, el artículo de Kasanin sobre la psicosis esquizoafectiva es extenso, tanto que se podría hacer un libro del artículo y el autor se encarga de demostrar la validez de esta entidad mediante el relato de casos, que a su parecer, no pertenecían al grupo de las esquizofrenias.
Si se realiza una lectura crítica, con las herramientas de la MBE, posiblemente esos artículos terminen desechados, pero ¿en verdad no tienen un valor científico? Muchos de lo que sabemos ahora se basa en aquellas observaciones.

2do.sabado dijo...

Sin duda que se ha descuidado el enfoque idiográfico, amigo Martín, y es una pena, pues no es incompatible con el nomotético. La obligada brevedad de los trabajos en las revistas también es una camisa de fuerza que limita la profundización de los estudios y nos impone la reducción espuria de todas las variables a lo numérico y cuantificable, lo cual en psiquiatría es usualmente complejo y a veces escasamente abarcativo.
Gracias por tu comentario. Cordiales saludos.